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Estracto del artículo de Josep Pérz Camps, Director del Museo de Cerámica de Manises, publicado en el catálogo de la VII Biennal Internacional de Ceràmica. Manises |
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La vinculación de González Martí con el Grupo Parpalló debió de sobrepasar con mucho a la mera amistad que le unía con Manolo Gil, ya que a pesar de su diferencia de edad con el resto del grupo, fue nombrado miembro de honor en 1957. Por ello no es de extrañar que dos artistas del Grupo Parpalló -como Soria y Gil- que trabajaron con la cerámica entre 1955 y 1957, donaran algunas piezas para el recién inaugurado museo que el dirigía. También fue determinante para varios de estos jóvenes creadores el que en la fábrica de loza y colorantes de José Luis Lahuerta, de Manises, encontraran un lugar para experimentar y expresarse con la cerámica, a la vez que una persona accesible y con los suficientes conocimientos técnicos como para que no fuera demasiado difícil conseguir notables resultados. Testimonio del paso de estos artistas por la fábrica de José Luis Lahuerta es la pequeña colección que este químico e industrial conservaba en su despacho. Un buen número de ellas fueron realizadas por Manolo Gil lo que podría indicar una relación más intensa con el taller de Lahuerta. Otras dos de estas cerámicas son de Salvador Soria (Valencia, 1915), un pintor formado por su cuenta y en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia que vivió exiliado en Francia desde 1939 a 1953. Cuando regresa a Valencia, Soria era un artista con una sólida experiencia que practicaba una pintura expresionista y figurativa a la que había incorporado elementos matéricos, como las limaduras de metales, arenas, etc. De 1956 son las cinco piezas de cerámica que conocemos realizadas en el taller de José Luis Lahuerta dos platos que pertenecen al Museo Nacional de Cerámica; dos jarrones, uno de ellos en la colección del artista y el otro, una copia de éste -posiblemente para reproducirlo industrialmente-, en la colección de José Luis Lahuerta, al igual que una especie de bandeja de pronunciado relieve. Estas obras de Soria reflejan el paso previo antes de desprenderse de la figuración, que des embocaría en la abstracción informalista de sus relieves, a caballo entre la pintura y la escultura; a destacar la desinhibida utilización que Soria hace de los materiales cerámicos y de las técnicas (engobes y esmaltes espesos de textura rugosa, incisiones, esgrafiados, aplicaciones en relieve, etc.) consiguiendo que estén totalmente al servicio de su expresión. Otro miembro del Grupo Parpalló que también acudió a la fábrica de José Luis Lahuerta para experimentar con la cerámica fue José Soler Vidal "Monjalés" (Albaida, 1932). Al terminar su formación como pintor en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, sus obras se caracterizaban por una "estilizada figuración de marcado acento lírico, centrada en la temática circense o paisajística,'" que posteriormente derivó hacia la abstracción de influencia informalista y que entre 1960 y 1970 recaló en el realismo social de fuerte compromiso político. De 1967 es la pieza de este pintor que se conserva en la colección Lahuerta. Se trata de un recipiente de gres de fabricación industrial (de los que se utilizan para la oxidación de colorantes cerámicos) al que se le aplicó un vidriado brillante de color rojo intenso en el interior y otro de tonalidades verdosas en la pared exterior; el resultado es atrayente por el fuerte contraste cromático y por la belleza propia de los materiales, pero nada mas. Lo más interesante de esta obra es la inscripción en valenciano que figura en el reverso: "Lahuerta: bon amic, Per lo que mes vullgues, continua aguantan-mos. MONJALES. 67"; se trata de un texto que expresa la necesidad que tenía este pintor de contar con el apoyo técnico (o de otra naturaleza) que le prestaba José Luis Lahuerta. Para aproximarse a su correcta interpretación, esta especie de plegaria hay que situarla en el contexto de la trayectoria vital de Monjalés, ya que en aquel año (1967) tuvo lugar el fin de su intensa actividad artística y política en España. Sea cual sea la verdad de la frase escrita por Monjalés en el reverso de un sencillo recipiente de gres, un año antes de exiliarse en Colombia, lo bien cierto es que este pintor realizó obras de cerámica con el asesoramiento de José Luis Lahuerta, el cual contribuyó a que se interesara por este material. Así sabemos que en Bogotá, Monjalés se incorporó, a partir de 1971, "a una industria de cerámica artística que regentaba su esposa"; y además que "la incorporación de su trabajo cerámico a su universo creativo era también uno de los aspectos más destacados de su arte en la década de los ochenta". En la colección de José Luis Lahuerta también existen tres platos realizados en su fábrica y firmados por Jiménez Balaguer, posiblemente en 1956; un pintor que no perteneció al Grupo Parpalló pero que residió en Valencia entre 1955 y 1958 y que participo aquf de la búsqueda de la renovación artística que se vivía por aquellos años. Lorenzo Jiménez Balaguer nació en Barcelona en 1938, ciudad en la que curso estudios en la Escuela de Lonja y en la de Bellas Artes. Tras una etapa en Valencia, donde realiza cerámicas y expone en 1957, fija su residencia en París. Las obras cerámicas que conocemos de este artista, posiblemente sean el testimonio de su evolución artística, concretada en el paso desde un realismo expresionista a una abstracción en el que las aplicaciones cromáticas y los ritmos formales se convierten en los auténticos protagonistas. Desde el punto de vista de su realización material las cerámicas de Jiménez Balaguer -al igual que las del resto de artistas estudiados- se apartan de la más pura ortodoxia. Todo parece indicar que permanecieron ajenos al peso de la tradición de Manises y utilizaron sin complejos y con gran libertad las técnicas a su alcance, consiguiendo en sus obras efectos originales que contribuyen a potenciar su atractivo. Finalmente, y después de todo lo visto, creemos conveniente señalar que la actividad ceramista de los componentes del Grupo Parpalló fue en todo caso a título individual y hay que situarla en la búsqueda de nuevos materiales para la expresión, incluso de una idealizada interdisciplinaridad, que se vivía en la segunda mitad de los años cincuenta; por lo tanto no se puede hablar propiamente de ceramistas del Grupo Parpalló. No obstante, para entender de manera completa la importancia de sus aportaciones al arte contemporáneo no deberían dejarse de lado las obras que realizaron en materia cerámica. |
![]() Vasija mexicana de Salvador Soria 1956, Colección del artista. Foto tomada de Martínez Soria, 2000 "Si su prestigio como artista había alcanzado el respeto del público y de la crítica, su activismo político en el Partido Comunista de España le deparó numerosos problemas con las autoridades, fue condenado a 14 años de cárcel por coordinar las actividades de su partido en la Universidad de Valencia y por militar en un partido absolutamente fuera de la ley. Ello le obligó a huir y ocultarse durante algunas semanas en estudios y casas de sus amigos artistas y camaradas. [...] Tras una breve estancia en París se traslado a Bruselas, ciudad en la que contaba con amigos que le facilitaron el pasaporte y los visados para viajar a Colombia, país de donde era originaria su esposa, la ceramista Rosario Cabo Restrepo. [...] A principios de 1968 José Soler Vidal se estableció en Bogotá." Agramunt sobre Monjalés, 1992 |
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